El diafragma en el dolor lumbar o dolor de espalda baja
Sabido es por todos los profesionales que nos dedicamos a las alteraciones del sistema musculoesquelético, las innumerables causas del dolor lumbar, dolor de espalda baja o lumbago, las cuales van desde lesiones en músculos, ligamentos y demases estructuras articulares y a veces debido incluso a la sobrecarga muscular por stress, como también sabemos lo dificultoso que es, en muchos casos, solucionar adecuadamente el problema del paciente, el cual frecuentemente presenta el dolor de espalda en forma constante o bien sufre de recaídas con cierta regularidad.
En este artículo trataré de exponer la visión osteopática en relación a la importancia que tiene el músculo diafragma y que a mi juicio y con mucho propiedad de evidencia científica, puede ser en gran parte el responsable primario de las frecuentes recaídas del dolor lumbar o lumbago, descartando desde ya causas estructurales como hernias discales entre otras alteraciones que pueden o no causar ciáticas.
Para analizar esta perspectiva realizaré una breve reseña de los conceptos anatómicos del diafragma y será necesario remitirse al artículo de fijaciones e hipermovilidad para completar el cuadro.
ANATOMIA DEL DIAFRAGMA:
Es un músculo circular abovedado que se inserta del borde torácico inferior a la periferia del centro frénico.
Se lo puede considerar como un conjunto músculo -tendinoso de músculos digástricos que salen de un punto del borde torácico y pasan a otro opuesto con un tendón intermedio que es el centro frénico. Es más ancho transversalmente que antero-posteriormente. Desciende más por detrás.
Los pilares se insertan en cuerpos vertebrales y discos de 1ª y 2ª lumbar a la izquierda y 1ª, 2ª y 3ª a la derecha que al ser fibroso “no contráctil”. Conforman el orificio aórtico.
El pilar derecho es más ancho y espeso que el izquierdo, limita dos orificios importantes: orificio aórtico y el orificio esofágico que están formado por fibras musculares, por consiguiente contráctiles; junto con el esófago pasan los nervios neumogástricos, el izquierdo por delante y el derecho por detrás.
Los pilares secundarios se encuentran en la cara lateral de la 2º lumbar y disco L1-L2 y van a la apófisis transversa de la 1ª lumbar formando el arco de psoas. Se continua con la fascia iliaca que recubre el psoas.
El 3º pilar es el ligamento arqueado del diafragma que va de la apófisis transversa de la 1ª lumbar a la 12ª costilla, formando el arco del cuadrado lumbar, se fusiona con la aponeurosis de dicho músculo. En esta zona puede haber un hiato costo-diafragmático que interrelaciona el tórax con el abdomen. Se continua con los arcos costales que van de la 7ª a la 12ª. Los fascículos horizontales del transverso interdigitan con las inserciones diafragmáticas. En apéndice xifoides se inserta por dos cintas musculares en la cara posterior.
CENTRO FRÉNICO
Es la aponeurosis central con forma de trébol. Tiene una hoja central alargada transversalmente y dos hojas laterales derecha e izquierda, oblicuas hacia fuera y atrás.
Los fascículos carnosos se insertan todos en las dos cintas, directamente o por medio de tendones. El centro frénico es un punto fijo por las fibras diafragmáticas contráctiles pero con capacidad de adaptarse a los movimientos corporales.
LA DISFUNCIÓN
Como se menciona en el artículo sobre las fijaciones e hipermovilidad, el problema radica en la fijación articular que ocurre y que causa, en forma compensatoria, una zona de hipermovilidad. Será pues, esta zona de hipermovilidad, la que causa dolor lumbar o lumbago e impotencia funcional, sin embargo, no es el origen del problema, sino que en sus primeros estadios, el lumbago es sólo la consecuencia.
Es decir, podremos tener dolor en los segmentos L4-L5 o L5-S1 simplemente como consecuencia de una fijación en otra zona de la columna vertebral, muy frecuentemente, en la zona dorsolumbar en donde el diafragma juega un rol fundamental en términos de mantener esta fijación.
La zona dorsolumbar es una zona frecuente de lesión, muchas veces sub-diagnosticada como responsable de las molestias de un paciente.
Como se observa en la figura superior, la relación existente entre los pilares del diafragma y la charnela dorsolumbar, como las primeras lumbares es muy estrecha, por lo que una disfunción de estos segmentos , ya sea en extensión (uni o bilateral) o en flexión (uni o bilateral) por una relación de vecindad con el diafragma, principalmente con los pilares del mismo, ocasiona un espasmo muscular, transformándose esta musculatura en un factor vital en mantener la fijación del o los segmentos lesionados. Prueba de esto es que, frecuentemente, el tratamiento exclusivo de la charnela dorsolumbar, sólo produce resultados parciales o bien estos, no se pueden sostener en el tiempo, debido a que no se ha considerado la variable diafragmática. Por lo anterior, se hace imprescindible, junto con tratar la charnela D-L, realizar las maniobras necesarias para inhibir el diafragma, evitando, de esta manera, que el diafragma pueda seguir fijando la lesión y de la misma forma facilitar la resolución de la problemática vía liberación de los segmentos articulares correspondientes.
La liberación de la disfunción somática de los segmentos dorsolumbares reestablecerá la movilidad local, por lo que la zona de dolor lumbar compensatoria que se encuentran hipermóviles, normalizarán su movilidad con la consiguiente resolución de los síntomas (lumbago). Frecuentemente nos encontraremos en estos segmentos compensatorios con signos degenerativos, los que se han ido provocando progresivamente por un excesivo requerimiento de los mismos al encontrarse otro segmento vertebral bloqueado e hipomóvil.
La restauración de la movilidad en los segmentos hipo e hipermóvil, probablemente no reestablecerán la salud del cartílago articular o del disco vertebral forzado, sin embargo, si se es tratado a tiempo, el daño será mínimo. La historia lamentablemente es a veces mas larga de lo que debiera, probablemente por no consultar a tiempo, pero siendo precavidos, devolveremos la biomecánica normal con un mejoramiento de la función articular y una disminución del dolor con el menor daño estructural posible.